UN RELOJ MUY ESPECIAL - ¡ HUMANO !

lunes, 21 de septiembre de 2009

LA LEYENDE DEL PUENTE INCA - MENDOZA - ARGENTINA



LA LEYENDE DEL PUENTE INCA

El Puente del Inca es una curiosa formación rocosa que forma naturalmente un puente sobre el río Las Cuevas. Se ubica al noroeste de la provincia de Mendoza en Argentina, y es un importante centro turístico. Actualmente, es área natural protegida por la provincia. Conozcamos sus supuestos orígenes, gracias a la leyenda del Punte del Inca.

Dice la historia que hace muchos años, quien era heredero al trono del imperio inca estaba entre la vida y la muerte, víctima de una extraña enfermedad. De nada servían las plegarias y rezos de los hechiceros. El pueblo amaba con pasión a su príncipe y cuando se convocó a todos los sabios a buscar una solución, estos decidieron que solo podría sanarlo el poder del agua de una vertiente, ubicada lejos de la ciudad.

Así fue como partieron, vencieron variadas dificultades en el camino, marcharon por meses y llegaron un día a una profunda quebrada, con aguas de un río tempestuoso corriendo en el fondo. Del otro lado de ella, estaba el manantial. El problema era como llegar hasta allí sin caer por dicha quebrada.

Meditaron buscando una solución sin resultado. Cuando comenzaban a desesperarse, algo extraordinario ocurrió: se oscureció el cielo, tembló el suelo y vieron que desde las altas cimas, caían son descanso enormes rocas que producían un ruido aterrador. Cuando todo parecía tranquilo nuevamente, los indígenas vieron, asombrados, un puente que les permitiría llegar sin problemas a la fuente sanadora. Llevaron a ella al príncipe, quien bebió de las aguas y se recuperó.

El poder del dios Inti (el sol) y Mama-Quilla (la Luna), realizaron el milagro. Así surgió según cuenta esta leyenda, este puente natural llamado Puente del Inca, erigido cerca al Aconcagua y rodeado de los imponentes Andes.

www.argentina.gov.ar

domingo, 20 de septiembre de 2009

EL FARO DE ALEJANDRÌA - JOSÈ ENRIQUE RODÒ



El Faro de Alejandría
El primero y más grande de los Tolomeos se propuso levantar, en la isla que tiene a
su frente Alejandría, alta y soberbia torre, sobre la que una hoguera siempre viva
fuese señal que orientara al navegante y simbolizase la luz que irradiaba de la
ilustre ciudad. Sóstrato, artista capaz de un golpe olímpico, fue el llamado para
trocar en piedra aquella idea.
Escogió blanco mármol; trazó en su mente el modelo simple, severo y majestuoso.
Sobre la roca más alta de la isla echó las bases de la fábrica y el mármol fue
lanzado al cielo mientras el corazón de Sóstrato subía de entusiasmo tras él.
Columbraba allá arriba, en el vértice que idealmente anticipaba, la gloria. Cada
piedra, un anhelo: cada forma rematada, un deliquio. Cuando el vértice estuvo, el
artista contemplando en éxtasis su obra, pensó que había nacido para hacerla. Lo
que con genial atrevimiento había creado era el Faro de Alejandría, que la
antigüedad contó entre las siete maravillas del mundo.
Tolomeo, después de mirar la obra del artista, observó que faltaba al monumento
un último toque y consistía en que su nombre de rey fuera esculpido, como sello
que apropiase el honor de la idea, en encumbrada y bien visible lápida.
Entonces Sóstrato, forzado a obedecer, pero celoso en su amor por el prodigio de su
genio, ideó el modo de que la posteridad que concede la gloria, fuera su nombre, y
no el del rey el que leyesen las generaciones sobre el mármol eterno.
De cal y arena compuso para la lápida de mármol una falsa superficie y sobre ella
extendió la inscripción que recordaba a Tolomeo, pero debajo, en la entraña dura y
luciente de la piedra, grabó su propio nombre.
La inscripción que, durante la vida del Mecenas, fue engaño de su orgullo, marcó
luego las huellas del tiempo destructor, hasta que un día, con los despojos del
mortero, voló hecho polvo vano el nombre del príncipe.
Rota y aventada la máscara de cal, se descubrió en lugar del nombre del príncipe, el
de Sóstrato, en gruesos caracteres, abiertos con aquel encarnizamiento que el
deseo pone en la realización de lo prohibido.
Y la inscripción vindicadora duró cuanto el mismo monumento; firme como la
justicia y la verdad; bruñida por la luz de los cielos en su campo eminente; no más
sensible que la mirada de los hombres, al viento y a la lluvia.
Un arranque de sinceridad y libertad que te lleve al fondo de tu alma, fuera del
yugo de la limitación y la costumbre, fuera de la sugestión persistente que te
impone modos de pensar, de sentir, de querer , que son como el ritmo isócrono del
paso del rebaño, puede hacer de tí, lo que la obra justiciera del tiempo verificó en la
inscripción de la torre de Alejandría.
Deshecho en polvo leve, caerá de la superficie de tu alma cuanto allí es vanidad,
adherencia, remedo; y entonces, acaso por primera vez, conocerás la verdad de tí.

José Enrique Rodó


jueves, 17 de septiembre de 2009

EL DERECHO AL DELIRIO (EDUARDO GALEANO)

¿Qué tal si empezamos a ejercer el jamás proclamado derecho de soñar?
¿Qué tal si deliramos, por un ratito?
Vamos a clavar los ojos más allá de la infamia, para adivinar otro mundo posible:
El aire estará limpio de todo veneno que no venga de los miedos humanos y de las humanas pasiones;
En las calles, los automóviles serán aplastados por los perros;
La gente no será manejada por el automóvil, ni será programada por la computadora,
Ni será comprada por el supermercado, ni será mirada por el televisor;
El televisor dejará de ser el miembro más importante de la familia, y será tratado como la plancha o el lavarropas;
La gente trabajará para vivir, en lugar de vivir para trabajar;
Se incorporará a los códigos penales el delito de estupidez,
Que cometen quienes viven por tener o por ganar,
En vez de vivir por vivir nomás,
Como canta el pájaro sin saber que canta y como juega el niño sin saber que juega;
En ningún país irán presos los muchachos que se nieguen a cumplir el servicio militar,
Sino los que quieran cumplirlo;
Los economistas no llamarán nivel de vida al nivel de consumo,
Ni llamarán calidad de vida a la cantidad de cosas;
Los cocineros no creerán que a las langostas les encanta que las hiervan vivas;
Los historiadores no creerán que a los países les encanta ser invadidos;
Los políticos no creerán que a los pobres les encanta comer promesas;
La solemnidad se dejará de creer que es una virtud,
Y nadie tomará en serio a nadie que no sea capaz de tomarse el pelo;
La muerte y el dinero perderán sus mágicos poderes,
Y ni por defunción ni por fortuna se convertirá el canalla en virtuoso caballero;
Nadie será considerado héroe ni tonto por hacer lo que cree justo en lugar de hacer lo que más le conviene;
El mundo ya no estará en guerra contra los pobres, sino contra la pobreza,
Y la industria militar no tendrá más remedio que declararse en quiebra;
La comida no será una mercancía, ni la comunicación un negocio,
Porque la comida y la comunicación son derechos humanos;
Nadie morirá de hambre, porque nadie morirá de indigestión;
Los niños de la calle no serán tratados como si fueran basura, porque no habrá niños de la calle;
Los niños ricos no serán tratados como si fueran dinero, porque no habrá niños ricos;
La educación no será el privilegio de quienes puedan pagarla;
La policía no será la maldición de quienes no puedan comprarla;
La justicia y la libertad, hermanas siamesas condenadas a vivir separadas, volverán a juntarse, bien pegaditas, espalda contra espalda;
Una mujer, negra, será presidenta de Brasil y otra mujer, negra, será presidenta de los Estados Unidos de América;
Una mujer india gobernará Guatemala y otra, Perú.
En Argentina, las locas de Plaza de Mayo serán un ejemplo de salud mental,
Porque ellas se negaron a olvidar en los tiempos de la amnesia obligatoria;
La Santa Madre Iglesia corregirá las erratas de las tablas de Moisés, y el sexto mandamiento ordenará festejar el cuerpo;
La Iglesia también dictará otro mandamiento, que se le había olvidado a Dios: «Amarás a la naturaleza, de la que formas parte»;
Serán reforestados los desiertos del mundo y los desiertos del alma;
Los desesperados serán esperados y los perdidos serán encontrados,
Porque ellos son los que se desesperaron de tanto esperar y los que se perdieron de tanto buscar;
Seremos compatriotas y contemporáneos de todos los que tengan voluntad de justicia y voluntad de belleza,
Hayan nacido donde hayan nacido y hayan vivido cuando hayan vivido, sin que importen ni un poquito las fronteras del mapa o del tiempo;
La perfección seguirá siendo el aburrido privilegio de los dioses;
Pero en este mundo chambón y jodido, cada noche será vivida como si fuera la última y cada día como si fuera el primero.

lunes, 14 de septiembre de 2009

ALDO SESSA : 50 AÑOS CON LA FOTOGRAFÌA

Aldo Sessa Estancias

TAPA DE SU LIBRO SOBRE ESTANCIAS ARGENTINAS

Aldo Sessa Glaciar, el Calafate

LIBRO DE FOTOS DE LA PATAGONIA

Aldo Sessa Tango

EN ESTE LIBRO NOS CUENTA LA HISTORIA DEL TANGO
CON MARAVILLOSAS ÌMAGENES

Aldo Sessa La boca

FOTOS DE BUENOS AIRES, QUE
CUENTAN SUS HISTORIAS
Y NOS MUESTA SU
BELLEZA ARQUITECTÒNICA Y NATURAL

Aldo Sessa  photografías

SOBRE LOS GAUCHOS O LOS HOMBRES
DE NUESTRA TIERRA, HAY INFINIDAD DE FOTOGRAFÌAS
QUE LOS DEFINE CLARAMENTE,POR EJEMPLO: A QUÈ REGIÒN PERTENECE
CADA UNO, PORQUE RECORRIÒ CON SU CÀMARA TODA LA ARGENTINA
Y ESTUDIÒ SUS COSTUMBRES Y SUS VIVENCIAS, SEGÚN EL CLIMA, Y LA GEOGRAFÌA.

Aldo Sessa Books

LA NATURALEZA Y SU BELLEZA SIEMPRE
ESTÀ PRESENTE EN SUS FOTOS.

Aldo Sessa, retratista de Argentina y de los argentinos,
creò un nuevo modo de mostrarnos el mundo desde
las pàginas de sus libros que enriqueciò con la pluma
de grandes escritores de nuestro paìs.
Es Ciudadano ilustre de Buenos Aires,
con 30 años en Sessa Editores, el gran generador de
sus imagenes inolvidables.

Festeja sus 50 años con la fotografìa, con una muestra
en Buenos Aires donde expone una selecciòn fotogràfica
y de sus pinturas, con imagenes desde sus inicios
y tambièn inèditas,la muestra se llama " Pasiòn por la imagen".

Durante todos estos años, Aldo Sessa ha publicado
màs de 40 libros de arte y fotografìa y ha realizado 250 espociciones
de gran reconocimiento internacional,
sus obras integran colecciones privadas y pùblicas ,
museos y bibliotecas de todo el mundo.



lunes, 7 de septiembre de 2009

ELOGIO DE LA CARCAJADA



Por Jorge Bucay
El buen humor es una de las grandes claves de la realización personal.
Las risa tiene efecto sanador.
Para avanzar en el camino de la deseada auto-realización, el tercer paso deberá ser la conquista de la necesaria cuota de humor en su vida.
No cualquier humor, un particular, específico y grandioso buen humor.
Es bueno tener dinero y las cosas que el dinero puede comprar, pero también es bueno ponerse una que otra vez a reflexionar para estar seguro de no haber perdido las cosas que el dinero no puede comprar.
Por si no le queda claro, hablo de saber vivir, aunque sea por un minuto cada día, por encima del recuerdo de nuestro agobiante pasado, sin estar pendiente de las restricciones y amenazas de todos los terroristas del mundo y de los poderes multinacionales.
Hablo de poder sonreír, aun sabiendo del duro mañana que profetizan agoreras todas las instituciones y los cerebros privilegiados que derraman sobre nuestras cabezas sus terribles visiones económicas, sociales y ecológicas.
Me refiero a levantarnos contentos cada mañana, a pesar de las absurdas restriciones que nos imponen leyes y reglamentaciones, que nos limitan aunque no recordemos haberlas aceptado.
Hablo de no dejar de reírnos, a carcajadas si es posible, aunque sea por un segundo de los hechos ciertamente triviales de nuestro diario padecer.
Hablo de la sonrisa cómplice con Dios, con la naturaleza o con el orden general de las cosas, que pone al hombre por encima de su cotidianeidad, de sus intereses momentáneos y de lo efímero de sus frustraciones.
La risa es, y los médicos lo sabemos, una de las tres formas probadas de producir endorfinas (ciertas sustancias que produce cada organismo, que son específicas del cuerpo que las elabora y que poseen un increíble efecto sanador: reconstituyente, analgésico, anti-inflamatorio y hasta donde sabemos con muchas acciones a favor del sistema inmunitario, que serían capaces de protegernos de algunos cientos de enfermedades desde el resfrío hasta el cáncer).
Quizá porque nuestro cuerpo sabe estos datos, aunque nuestra cabeza lo ignore, es que asociamos naturalmente el buen humor con la fertilidad, con la evolución y con la vida.
Así como en los cuentos el héroe libera a la princesa matando al dragón y salvando todos los obstáculos para volver a casa triunfante; en lo cómico, la gran heroína (la risa) nos libera a todos de las prohibiciones de la cordura y la coherencia, para poder volver al hogar de lo espontáneo.
El mundo para muchos incomprensible, infantil e incorrecto de lo que nos causa gracia.
El chiste, la anécdota y la humorada siempre nos recuerdan la necesidad de enfrentarnos con lo que no se esperaba. El desafío de lo lógico, lo regulado y lo repetido. Allí está lo liberador, lo creativo y disparador. Allí está la exitosa vuelta al hogar condecorados de nuestra sonrisa de satisfacción.
¿DE QUÉ SE RÍE?
"El humor nos advierte que el orden es demasiado rígido (señala Pescetti), que determinada regla no tiene sentido, que lo formal a veces invade nuestra actividad, que nos hemos dejado oprimir por demasiadas preocupaciones.
Nos previene de nuestras torpezas y distracciones, nos alerta ante la estupidez propia y ajena.
Nos ayuda a superar el dolor que algo nos provoca y a darnos cuenta cuando estamos tomando las cosas demasiado en serio."
De todas las risas posibles, no me interesa la que surge de gozar el sufrimiento ajeno. En lo personal nunca me divierte la risa que se burla de lo nuevo y siempre me subleva la burla que desprecia y humilla lo diferente.
Elijo el humor de quien se ríe de lo de otros solamente porque lo sabe igual a lo propio y demuestra su capacidad de reírse de sí mismo.
Reírse de uno mismo enseña a gozar con las extrañas y absurdas cosas que nos suceden. Es la señal de la madurez que siente el que está seguro de sí mismo.
Por eso es que lo invito a que sonría hasta que note que su sobriedad y circunspección han desaparecido de su vida.
Sonría hasta que provoque la sonrisa en otros.
Sonría a los tristes, a los tímidos y sobre todo a los aburridos.
Sonría a los amigos, a los ancianos, a los jóvenes, a su familia y a sus adversarios. Sonría cada vez que pueda y aprenderá que nada es capaz de arruinarle su alegría, ni siquiera la tristeza de llorar lo doloroso.
El gran Groucho Marx escribió un breve epitafio para que apareciera escrito en su tumba, un mensaje dirigido a quienes lo visitarán tras su muerte.
Es una simple frase escrita en la piedra.
Dice:
Perdonen si no me levanto...

miércoles, 2 de septiembre de 2009

SIMONE COUSTEAU - UNA MUJER, EJEMPLO DE VIDA


Jacques Yves Cousteau pasó toda su vida en el mar, no contento con inventar los equipos de buceo actuales recorrió el mundo, a bordo del Calypso para enseñarle a la humanidad la grandiosidad de los océanos.


Muchos hombres y mujeres crecimos entre sus imágenes, muchos fuimos contagiados por su "fiebre de mar", jugábamos de chicos a ser buzos del Calypso, conocíamos todas sus historias, vivimos todas sus inmersiones.

Pero la mayoría de la gente jamás conoció la historia del día que el Calypso se perdió, de aquel día que pudo ser el último día de una historia que aún no había comenzado.

Terminaba la década del ´40, no era una época fácil en Europa. La segunda guerra mundial había dejado a Francia en ruinas. Jacques Cousteau, un joven oficial de la marina decide dar un vuelco a su vida, con la ayuda de sus amigos y un patronicador secreto, compra un viejo dragaminas fuera de servicio y lo bautiza "Calypso", renuncia a la marina y convence a un grupo de buzos de acompañarlo en la gran aventura: Recorrer los mares del mundo filmando los fondos oceánicos.

Todos sus ahorros se gastaron en equipamientos, vendió su casa para costear el viaje, todo su pasado y su futuro estaban puestos en ese viejo barco. Partieron rumbo al Mar Rojo donde planeaban filmar su primera película.

Al llegar anclaron el barco cerca de la costa de Egipto y todos los hombres fueron al agua, en el barco sólo quedó la esposa de Cousteau, Simone.

Mientras que los buzos estaban bajo el agua el cielo se cubrió de nubes, la superficie del mar se encrespó, comenzó a soplar un fuerte viento. Los buzos no pudieron volver al barco, nadaron hacia la costa. Una vez ahí contemplaron al Calypso que se sacudía con cada golpe de ola, tironeando el cabo del ancla que se rompería inevitablemente. Cousteau temía por su esposa, una mujer delgada que no tenía idea de barcos ni de navegación. Los buzos presos de impotencia esperaban la rotura del cabo del ancla para ver como todas sus ilusiones se hundían con el viejo buque.

El cabo se rompió en un estallido seco e inmediatamente se escuchó el motor del barco que se ponía en marcha, viraba a babor y se internaba en el mar de frente a la tormenta, al timón estaba Simone Cousteau y no parecía estar dispuesta a dejar hundir al Calypso, como no sabía nada de náutica decidió ir mar adentro donde no podría chocar con nada. Viajaba hacia la tormenta.

Ocho horas duró la lucha entre el viejo dragaminas y el mar, ocho horas donde una mujer sola, que nunca antes había estado en un barco, sacaba fuerzas de la nada para evitar que los sueños de su marido se hundieran ese día.

Cuando la tormenta terminó llevó al barco hacia la costa que se veía a la distancia pero como no lo sabía atracar y ya no tenía ancla, simplemente lo dejó flotar a la deriva con el motor apagado esperando que los buzos, que miraban la maniobra desde tierra, se pudiera acercar a nado. Al llegar encontraron a una Simone sonriente que, ante la sorpresa de todos, los recibió con café caliente.

Pasaron muchos años y el viejo dragaminas se convirtió en uno de los buques oceanográficos más famosos del mundo, navegó por todos los mares y visitó todos los puertos. Cousteau adquirió fama internacional. En 1980, en un reportaje un periodista le preguntó si era difícil comandar el Calypso, Cousteau contestó:

"No si está Simone a bordo, ella es la cocinera, la madre de treinta marineros, la que aconseja, la que pone fin a las peleas, la que nos manda a afeitar, la que nos reta, la que nos acaricia, la peluquera de a bordo, nuestra mejor crítica, nuestra primera admiradora, la que salva al barco de las tormentas. Ella es la sonrisa cada mañana y el saludo antes de irnos a dormir. El Calypso podría haber vivido sin mí... pero no sin Simone"

Una mujer que vivió entre cámaras y nunca se dejó fotografiar, no figuró en ninguna de las enciclopedias del Calypso se negó a ser vista en las películas y la mayoría de la gente nunca vio su cara.
Fuente: Renuevo de plenitud.com
pps para ver o descargar, aqui: lospowerpointsdebetty.blogspot.com