UN RELOJ MUY ESPECIAL - ¡ HUMANO !

martes, 14 de mayo de 2019

Abel y Caín - Minicuento - Jorge Luis Borges


Imagen relacionada

Abel y Caín

[Minicuento - Texto completo.]
Jorge Luis Borges

Abel y Caín se encontraron después de la muerte de Abel. Caminaban por el desierto y se reconocieron desde lejos, porque los dos eran muy altos. Los hermanos se sentaron en la tierra, hicieron un fuego y comieron. Guardaban silencio, a la manera de la gente cansada cuando declina el día. En el cielo asomaba alguna estrella, que aún no había recibido su nombre. A la luz de las llamas, Caín advirtió en la frente de Abel la marca de la piedra y dejó caer el pan que estaba por llevarse a la boca y pidió que le fuera perdonado su crimen.
Abel contestó:
—¿Tú me has matado o yo te he matado? Ya no recuerdo; aquí estamos juntos como antes.
—Ahora sé que en verdad me has perdonado —dijo Caín—, porque olvidar es perdonar. Yo trataré también de olvidar.
Abel dijo despacio:
—Así es. Mientras dura el remordimiento dura la culpa.
FIN

1 comentario:

Albert dijo...

Hola! El tema de la envidia y demas me parece algo a destacar en el mundo de hoy. Es mejor no despertarla en nadue y uno de los peores sentimientos que vivir en uno mismo.
Gracias por la aportacion. Tengo un blog que trata de nuestras sesiones de neurofeedback biofeedback en Madrid las cuales empleamos justo en trastorno de la conducta. Quizas un poco mas severos que la envidia, pero igual de dolorosos